Terapia de Pareja en Pamplona

Sí, la terapia de pareja suele ser muy eficaz, sobre todo cuando se busca ayuda a tiempo y ambos miembros se implican en el proceso. Las investigaciones muestran que la mayoría de las parejas que acuden a terapia experimentan mejoras significativas en su relación.

Entre los principales logros se encuentran: recuperar el deseo y la intimidad, reducir las discusiones, mejorar la comunicación y alcanzar acuerdos más equilibrados. Además, incluso en los casos más complejos, muchas personas experimentan un mejor estado de ánimo y mayor bienestar personal tras acudir a terapia.

Todas las parejas pueden atravesar momentos de crisis o estancamiento, y no siempre significa el final de la relación. Es recomendable acudir a terapia cuando los conflictos son intensos, frecuentes y difíciles de resolver por vosotros mismos.

Cuanto antes se busque ayuda profesional, más fácil será detener el deterioro de la relación y encontrar soluciones. No es necesario esperar a que la situación sea insostenible: la terapia también puede ser útil en las primeras señales de distanciamiento, discusiones repetitivas o pérdida de conexión emocional.

El precio de la terapia de pareja en Pamplona es de 90 € por sesión. Cada encuentro tiene una duración aproximada de una hora y está orientado a trabajar de forma práctica en los aspectos más relevantes de la relación. 

La duración de la terapia de pareja depende de cada caso. Algunas parejas logran avances importantes en pocas sesiones, mientras que otras necesitan un proceso más largo para consolidar cambios y recuperar la confianza.

En general, los resultados comienzan a notarse tras las primeras semanas de trabajo, aunque el número total de sesiones varía según la implicación de la pareja y la complejidad de los problemas a tratar.

Es una de las preguntas más comunes cuando aparecen dudas sobre la continuidad de la pareja. En esos momentos suele existir un desgaste importante, marcado por discusiones constantes, falta de intimidad o dificultades de comunicación. Esto lleva a centrarse en lo negativo y a olvidar los aspectos positivos que también forman parte de la relación.

La terapia de pareja ofrece un espacio para analizar la situación desde una visión más global y objetiva, sin culpables ni reproches. Con la ayuda de un profesional, es posible comprender mejor lo que ocurre, trabajar la asertividad, la comunicación y la negociación, y a partir de ahí tomar una decisión más calmada: ya sea continuar y reconstruir la relación o dar el paso hacia la separación de forma más consciente. 

Aunque la terapia de pareja suele tener como objetivo principal mejorar la relación y mantenerla, también puede ser de gran ayuda cuando se decide poner fin a la unión.

En estos casos, el trabajo terapéutico permite gestionar la separación de manera respetuosa, abordando aspectos como los hijos, las responsabilidades compartidas, la familia o las amistades comunes.

Incluso cuando la idea inicial era continuar juntos, durante la terapia algunas parejas concluyen que la ruptura es la mejor opción para su bienestar. Contar con la ayuda de un psicólogo facilita el proceso, reduce la culpa, el malestar y el miedo y permite cerrar la etapa con mayor calma y respeto mutuo.

Cuando uno de los miembros de la pareja tiene clara la idea de separarse, la situación es más compleja. La terapia de pareja funciona mejor cuando ambos comparten el compromiso de intentarlo, por lo que en estos casos es importante que el psicólogo evalúe primero las expectativas de cada persona.

Si no existe esa implicación mutua, puede ser útil recurrir a la terapia individual. Quien desea separarse podrá aclarar sus dudas y emociones, y quien quiere continuar aprenderá a gestionar el dolor y la incertidumbre.

En algunos casos se puede combinar el trabajo individual con la terapia de pareja, lo que permite avanzar mientras se clarifican las decisiones.

Es frecuente que solo uno de los miembros quiera iniciar la terapia de pareja, mientras el otro no se siente motivado o no cree necesario el proceso. En estos casos, no es recomendable presionar, ya que la implicación personal es clave para el éxito.

Si tu pareja no quiere acudir, siempre puedes empezar un proceso individual. Trabajar contigo mismo te permitirá:

• Comprender tu papel en la dinámica de la relación.
  
  

• Gestionar el malestar emocional que genera la crisis.
  
  

• Mejorar tu comunicación y asertividad.
  
  

• Afrontar los conflictos de una forma más constructiva.
  
  

A menudo, cuando uno de los miembros cambia, la relación en su conjunto empieza a mejorar.

Cuando una pareja decide darse una segunda oportunidad, acudir a terapia puede ser muy útil para no repetir los mismos errores del pasado. El psicólogo ayuda a comprender las causas de los conflictos anteriores y a establecer nuevas bases más sólidas para la relación.

En este proceso se trabajan las dinámicas destructivas (reproches, silencios, discusiones constantes), se diseñan estrategias más saludables de comunicación y se atienden las heridas emocionales previas, como el rencor, la desconfianza o el miedo a volver a lo mismo.

De esta forma, la pareja puede reconstruir su vínculo con mayor seguridad y confianza mutua.

La terapia de pareja aborda la relación en su conjunto: comunicación, gestión emocional, confianza y resolución de conflictos. En cambio, la terapia sexual se centra específicamente en las dificultades relacionadas con la intimidad y la vida sexual (falta de deseo, dolor, insatisfacción, etc.).

Un psicólogo de pareja con formación en sexología clínica puede trabajar ambos aspectos de manera integrada. Sin embargo, si existe la sospecha de un problema físico u orgánico, conviene consultar también con un médico especialista para descartar causas médicas.